domingo, 15 de julio de 2007

A CAITRO SOTO

Pedro Carlos Soto de la Colina (1934-2004)

Versos declamados en el velorio de Caitro Soto para Percy Castañeda:

Un mensaje para Caitro
que nunca deje de sonar el cajón
y que vibren las guitarras
que hoy venimos con devota unción
a rendirte nuestro homenaje
llega a ti nuestro mensaje
que te enviamos desde aquí
a ti Caitro Soto por Dios que si.
Un mensaje a la distancia
envuelta en mil fragancias
te envía San Luis tu tierra primigenia
que hoy te llora en desconsuelo
pidiéndole a Santa Efigenia
que hoy nos brinde el consuelo
de tenerte entre sus brazos
allí entre su regazo.
Jamás olvidaremos la gesta
de hacer del cajón una fiesta
y del cencerro una oración
que convertida en canción
acompañó a Chabuca Granda
a través del mundo entero
llevando también tu ritmo señero
en cada sonido intenso
que aquel tu cariño inmenso
dejaba sonar en tu voz
más hoy creo en Dios
que Benedicta venga a tu encuentro
que Chabuca te acoja con amor
que Ronaldo Campos se ponga al centro
y que juntos derrochen sabor
con la guarachera del oriente.
Entonces con revolución caliente
Nicomedes Santa Cruz recitará
una décima de bienvenida
la inigualable Celia Cruz te recibirá
con su canción preferida
Rumbambero Toro Mata
Toro Torito
Oh negro negrito
Oh negro bendito
Duerme el sueño negrito
que llevará a la posteridad
Sabino Cañas sentirá felicidad
por ver a su tío querido
Porfirio Vásquez te gritará: ¡Bienvenido!
Angelón Donayre empuñará su diapasón
Fray Martín se sentará en el cajón
Jhonny All entonará un canto
que sentimiento, que voz
que duende, que encanto
La tristeza entonces
se entornará en alegría
se entonará otra linda melodía
Cañetanos escuchen
escuchen sí señor
Caitro es el que te canta
y te canta con amor
Entonces nadie se atreverá a llorar
porque su voz se volverá a escuchar
que nadie sufra
que nadie llore de sentimiento
que este hermanito
solo se a ido sin un lamento
pa’ gritar a los cuatro vientos
que su espíritu negro seguirá latente
que la fuerza vigorosa de su gente
no se ha de perder y seguirá vigente
con Jaime, con Ana y con Teresa Mendoza
su familia maravillosa
que hoy más que nunca siente el orgullo
de saber que Caitro tuvo lo suyo
y lo compartió siempre con gloria
escribiendo para siempre la historia
de esa tierra que lo vio nacer
que siempre lo vio crecer
Pues Dios lo acoja en su seno
y que el Cristo Nazareno
lo abrace como un hermano
a este noble y gran cañetano
que se erigió como el mejor
Descansa Papa Caitro gran señor
que estas voces de dolor
se acallen para dar paso
al repique de tu cajón.
Dejó de latir tu corazón
mas tu canto seguirá siendo vivo
y entonces volverás un día revivido
para darnos fe de tu existencia
Entonces no sentiremos tu ausencia
y bailaremos sin igual
con Caitro Soto de la Colina
orgullo de la cultura nacional
¡Viva Caitro!

EL CAJÓN

*Por Santiago Venturo Ferré

En homenaje a “Caitro”, hijo de San Luis de Cañete.

CARLOS SOTO DE LA COLINA
Siguiéndole el ritmo...
El concepto
Al que toca piano se le dice “pianista”
al que toca guitarra... “guitarrista”,
el “violinista” toca el violín
la trompeta el “trompetista”
y el cajón el “cajonista”
Santiago Venturo


Al que canta y al que toca (cajón) se les denominan “Artistas”....................
El sufijo ista amplía el sustantivo para determinar por lógica la ocupación o profesión de quien está dedicado a la especialidad de la ciencia y del arte. En la ciencia el Odontólogo es un dentista. Existen especialistas ó artistas que destacan en diversos rubros del arte, por talento, maestría, oficio, técnica, destreza, práctica, experiencia, habilidad, genio, capacidad, virtud. El concepto hecho palabra en cada cual, se extiende con el sufijo ista, es por tal motivo en que insisto de que la verdadera denominación del instrumentista que toca el Cajón es Cajonista.

El Cajonista es un artista, El Cajonista es un instrumentista, el cajonero es comerciante de cajones, el cajonero es fabricante de cajones, “cajonear” es el hurto realizado en una caja.

EL CAJON EN LA MUSICA CRIOLLA O DE LA COSTA

Los comentarios de entendidos nos narran que existieron grandes cajonistas en la historia de la música criolla, recuerdan a Arístides Ramírez, Francisco Monserrate, Magallanes, Ganchito Arciniega, Belisario Mendoza, Goyoneche, Dr. Francisco Graña, y tantos otros mas que impresionaron en el cajón entre las décadas de los años 30/40/incluido los años del 50, porque en aquel tiempo los cajonistas eran pocos y que esos pocos apasionaban el jolgorio de una fiesta o tal vez en el acompañamiento a un cantante o integrando un conjunto musical. En aquellos años el cajón se limitaba acompañar las piezas de tondero, marinera y festejo. El tondero tiene su acompañamiento muy marcado en el cajón, el repique destaca y el floreo quiebra é impulsa la danza. La Marinera suena en el cajón a redoble, se adorna en solista y se amarra marcando. El Festejo de ayer se engalana en el cajón con apasionado ritmo negroide/aligerado, compás característico sin llegar a exteriorizarse africanizado. El cajón en su calidad de instrumento de acompañamiento siempre ha estado presto a secundar con ritmo a cualquier línea melódica, es decir que por “oído” y virtuosidad del ejecutante puede acompañar el vals, la polka, el bolero, un ritmo tropical, el huayno, una danza flamenca, canciones latinoamericanas, etc., es decir, que el “acompañamiento del cajón” procura en hacer las veces de cualquier instrumento (percusión) de golpeteo acompasado. Este es el quehacer del cajón que afines de la década del 50 incursiona en la canción criolla (Conjunto “Fiesta Criolla”) y se incluye indispensablemente en el Vals. Los antiguos cajonistas merecen nuestro reconocimiento y gratitud, su presencia en el cajón contribuyó para que los cajonistas de hoy con su técnica dieran al cajón peruano un lugar artístico preponderante en la música nacional y que como instrumento musical peruano goce del reconocimiento internacional.

EL CAJÓN Y SU ACOMPAÑAMIENTO RITMICO AFRICANIZADO
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Existe la vieja tesis de que la presencia del cajón tiene influencia afro, se habla de los viejos tiempos de la esclavitud y mil historias mas cual fantasía que nos permite envolvernos en aquel espacio imaginario, algo importante es reconocer que la práctica de este instrumento en Cañete es muy antigua, según la narración del historiador Felipe Paz Soldán en su revista Mi País en la que relata que en la Hacienda Arona los negros acostumbrarán a danzar el “Son de los Diablos acompañados con Arpa y Cajón de madera quemada y rajada”.
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Para encontrarnos realmente con la presencia contemporánea del cajón de ritmo africanizado debemos remontarnos a tres grandes folkloristas Cañetanos, Enrique Soto De la Colina, Carlos Soto de la Colina y Ronaldo Campos de la Colina, modestos hombres que trabajando unos en el sector público y/o de chofer de servicio público, complementaban su vida en labores artísticas (en los años del 50). Exquisitos cajonistas de profunda inspiración musical africanizada, el acompañamiento de su percusión difería del casi tableteo de otros “grandes” cajonistas. Me he permitido prestar oídos a viejas grabaciones en la que se escucha el cajón en acompañamiento, un cajón ruidoso de golpes disonante y por ahí alegre y entusiasta, golpes cual mesa tamboriteada hasta con el codo, percusión que desde luego invade el vacío en la musicalización de la melodía y que impulsa la canción en jarana, festejo o algarabía, percusión cargada de arrebato y “borrachera musical”, entusiasmo y euforia de quien hace por lo menos algo de lo que otros no pueden hacerlo.
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El golpe de cajón de Ronaldo Campos de la Colina invitaba un viaje imaginario a la musicalización de raíces africanas, la diferencia con lo negroide criollo marcaba la originalidad de una vieja usanza conservada por sus ancestros que en vida evocaron refiriendo sus costumbres y legítimas leyendas (Benedicta y Chila).
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“Caitro” Soto de la Colina, gozaba de una exclusiva ejecución del cajón, su africanización abrazaba una técnica de ritmo y melodía que se entrelaza entre lo extenso de la percusión acústica y el encanto de un patrón rítmico de la llamada “música negra africanizada”. Escuchar a Caitro inspiraba a componer la musicalización de danzas como “Lando”, “Zamacueca”, “Toro Mata”, “Cumana”, “Ollita no ma”, “Torito Pinto” y otras canciones negras mas ligeras como “A sacar camote con el pie”, “Canto a Cañete, “Negrito de San Luis”.
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El recordado poeta César Calvo, inspirado en lo afinado del cajón de Caitro compuso “Navidad Negra”, una composición cargada de limpio y puro mestizaje afroperuano engarzada en la joya artística de la música negra nacional (Panalivio). Hoy existen virtuosos cajonistas, maravillosos en el floreo, músicos rítmicos profesionales, fabulosos en el acompañamiento, pero sin el alma negra musical de antaño, porque el ritmo negro ancestral es evocada por quien lleva en el alma el encanto de su raza y la inspiración de un estilo divino.

Enrique Soto de la Colina, bailarín de mucho agrado, zapateador, danzarín de artísticos pasos improvisados, jocoso, pícaro y juguetón que alimentó esta manifestación fina (zapateo), también fue gracias y estampa de la Marinera Limeña que hoy se muestra como parte de nuestro folklore de aporte negroide, herencia cultural artística musical que nos legaron en su paso por este nuevo mundo la llegada del hombre afroperuano.
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... Bendita Sea Dios.
Santiago Venturo Ferré

MANOS MORENAS

El cajón extiende
su sonido
con melodía caliente
y ahí están
las manos morenas
ardientes
parecieran que
discuten intimadas
cual alborotadas
Una de ellas amarra
la otra repica
las dos conversan
y se difuerzan.
Y ahí está “Caitro”
rítmicamente zalamero
con su acompasado
acompañamiento y salero
Aquellas manos morenas
marcan en el cajón
el amarre, el floreo, la fuga,
sin desconectar un instante
el tiempo del espacio
porque hasta el fino silencio
se trasluce con primor
en música negra elegante
cargada de auténtico folklor
De cuando en vez
sus brazos se extienden
en tirabuzón
cual juguetona mariposa
revoleteando el vacío;
gracia, figura y señorío de su inspiración.

Santiago Venturo Ferré

CAITRO SOTO DE LA COLINA

Dale tono a la canción
que Caitro es Cañete
es su duende que se mete
cuando toca su cajón.

Son notas de emoción
y su figura se agranda
es Caitro que manda
entre sus manos tocar
el mundo sabe escuchar
a Caitro con Chabuca Granda.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Cajoneador o Cajonero

Como un homenaje a Caitro Soto se ha organizado un Concurso Nacional de Cajón Peruano a llevarse a cabo en varias fechas durante el mes de Julio, cuya final es el 19 de Julio, día en que se recuerda un aniversario más de la sensible desaparición de Caitro Soto ocurrida el 19 de Julio de 2004.

Santiago Venturo escribió algo al respecto, en homenaje a Caitro y el cajón, donde dice lo siguiente: 'Al que toca piano se le dice "pianista", al que toca guitarra... "guitarrista”, el "violinista" toca el violín la trompeta el "trompetista" y el cajón el "cajonista". (...) El concepto hecho palabra en cada cual, se extiende con el sufijo ista, es por tal motivo en que insisto de que la verdadera denominación del instrumentista que toca el Cajón es Cajonista'.... es la opinión de Santiago Venturo.

Pero Santiago Venturo se olvidó de que al que toca el timbal se le llama "timbalero", al que toca el bongo se le dice "bongocero", igualmente existe el maraquero y otros instrumentistas que no llevan el "ista".

Todo ello trae a mi mente que hace dos años alguien lanzó una inquietud en un grupo cultural peruano sobre la palabra "cajoneador”.
Inquietud que provino después de que yo la utilicé al escribir "El Cajón y el Vals Peruano". La persona aquella se preguntaba, con justa razón, porque se le llamaba "cajoneador" al que toca el cajón si la denominación debería ser "cajonista", si es que seguimos la regla de llamar guitarrista al que toca la guitarra, baterista, flautista, pianista, violinista, etc, a los que tocan los respectivos instrumentos musicales.

Considero importante el que si alguien no está de acuerdo con algo o tiene alguna duda, debe expresar su punto de vista o comentario al respecto porque, aunque parezca mentira, del intercambio de pareceres uno aprende más, motivándonos también a investigar un poco más y/o traer a nuestra mente algo que podamos saber pero que estaba dormido debido a que nadie nos lo preguntaba.

Por ejemplo, en una oportunidad alguien me preguntó sobre el uso del artículo "los" antes del nombre "Barrios Altos". Una pregunta sencilla que tenía, más que todo, inquietud gramatical, hizo que me acordara lo que había leído sobre la historia de Lima y sus calles; aclarando la inquietud aquella y explicando, a la vez, el origen del nombre Barrios Altos o Los Barrios Altos que muchos desconocían y que yo lo sabía pero que lo tenía durmiendo en mi mente hasta que alguien tuvo una duda gramatical.

En muchas reglas aparecen excepciones. La de la palabra "cajoneador" es una de ellas. Estas excepciones son aceptadas, a veces, debido al uso o costumbre de quienes hacen uso de la palabra en cuestión. Al ser el cajón un instrumento musical de origen peruano, entonces se acepta el uso o costumbre que se da en Perú para nombrar a la persona que toca el cajón.

Eudocio Carrera Vergara en su libro "La Lima Criolla de 1900", edición corregida y aumentada, Lima 1954, utiliza la denominación "cajonero". En "Historia de la Canción Criolla" de Aurelio Collantes, Lima 1956, se utiliza las denominaciones "cajoneador" y "cajonero". César Santa Cruz Gamarra en su libro "El Waltz y el Valse Criollo", Lima 1977, utiliza la palabra "cajoneador”.

Aquellas referencias, de personas que vivieron las jaranas de la primera mitad del siglo XX, nos dan a conocer que desde hace muchos años se viene utilizando, indistintamente, las denominaciones "cajoneador" y "cajonero" para referirse a quien toca el cajón y, vuelvo a recalcar, por ser el cajón de origen peruano, se acepta el uso o costumbre que se haya adoptado en Perú. Esto queda demostrado en la explicación que le dio la Real Academia Española (RAE) a quien le hizo llegar la consulta respectiva sobre cual era la denominación correcta del instrumentista que toca el cajón:

"En los diccionarios de español general y en los diccionarios de términos musicales que se encuentran a nuestra disposición, no figura ningún término para designar al instrumentista que toca el cajón. No obstante, en textos de temática musical se documentan las voces cajonista -preferentemente para referirse, en España, al que toca el cajón flamenco- y cajoneador -usada en Perú para referirse al que toca el cajón en la música folclórica peruana-. En ambos casos, se trata de acuñaciones correctas, fieles a las reglas de formación de palabras del español".

Los españoles son los que, en los últimos 25 años, han introducido la denominación "cajonista" como una manera más de tratar de identificar al cajón como de ellos. A mí no se me ocurriría llamarlo de esa manera puesto que el cajón es peruano y al que lo toca se le ha venido llamando "cajoneador" o "cajonero".

La RAE creo que cae en el juego de los que pretenden identificar al cajón como de origen español, ya que al llamarlo cajón flamenco lo está identificando como del flamenco, cuando en realidad el cajón es peruano y punto.

Hace un año le comenté sobre esto a Rafael Santa Cruz, autor del libro "El Cajón Afroperuano", y él me dijo lo siguiente: "Recién a fines de los años setenta escuché alguna vez lo de 'cajonista', antes siempre se dijo cajonero y cajoneador.
Fue un intento de los exponentes de lo que se podría llamar la 'nueva canción peruana'. Movimiento que en los setentas empezó a darle otro tratamiento a la música peruana, en textos, armonías e incluso melodías, que tomaban de lo popular y folklórico para expresarse de forma más contemporánea (por decirlo a mi manera). O sea que tampoco en esto son 'pioneros' los españoles con respecto al tema del cajón."
La reconocida musicóloga, compositora e investigadora de nuestro folklore, Chalena Vásquez, también ha empleado la denominación "cajoneador" en un artículo de ella sobre el cajón. Según lo que he podido observar, tanto "cajoneador" como "cajonero" han sido utilizados indistintamente de la época. No es similar al caso del valse o vals en el cual los criollos antiguos eran quienes solían llamarlo valse.
En el Perú debemos seguir utilizando la denominación que siempre le hemos dado a quien toca el cajón, ya sea "cajoneador" o "cajonero" porque ambos son de origen peruano, al igual que el cajón.

Dario Mejia
Melbourne, Australia