sábado, 20 de enero de 2007

Santa Efigenia "Protectora del Arte Negro Nacional"



¡AQUÍ HAY GATO ENCERRADO!

* Texto del programa "Costumbres" de Tv Perú

Cuando Santa Efigenia festeja, sus fieles devotos preparan chicharrón de gato y brindan en su nombre. Cuando Santa Efigenia festeja, sus seguidores recuerdan a ese tropel de esclavos que la trajeron desde Etiopía y escondida en los galpones la rezaban esperando ser salvados de la terrible voluntad de su amo y señor. Cuando Santa Efigenia festeja, el rítmico sonido de un cajón estalla en La Quebrada y en las casas entreabiertas, algunos van moviendo el cuerpo, ansiando que el bendito manto de la "negra" los cobije.

Carlos "Caitro" Soto, el eximio cajonero de rompe y raja, ha llegado a saludarla y le ha cantado con voz emocionada: "Santa Efigenia vamos a cantar, Santa Efigenia vamos a bailar, este festejo que te va a gustar..."

Le han preguntado sobre el sabor del gato, pero no por qué cree en la santa. La imagen, dice, es la Reina y Señora del Arte Negro Nacional, que el gato sabe a pollo o conejo, que el curruñao o gatada es sólo un agregado folclórico y que aquí en esta tierra, propiedad alguna vez del presidente Augusto B. Leguía, lo más importante es la virgen.

La presencia de Efigenia en La Quebrada es muy antigua, tal vez de 1741, como refiere Giussepe, un movido devoto que condimenta gato con la misma pasión que se inclina ante su patrona y le pide un milagro. Él cuenta que la llamaban "santa gorrera", pues como no tenía fiesta salía en recorrido procesional tras la imagen que estaba celebrando: "se subía al micro de todos los santos". En 1994, con el reconocimiento municipal de Patrona del Arte Negro Nacional y la creación de la asociación Santa Efigenia, se instituyó el 21 de setiembre como su día, recordando un aniversario más de su nacimiento.


Patricio, ante el alborotado auditorio de periodistas y gatunos empedernidos, prepara el apetitoso chicharrón. Sentencia que una de las virtudes de esta carne es su buena dosis de energía: "Te vuelves tigre", anota, recomendando gato en salsa de maní, al sillau, en seco y para quienes huyan de los condimentos, un moderno gato light. El secreto está en la maceración: 24 horas, por lo menos. Y es que el felino de casa tiene la carne dura, pero sus poderes son atractivos (insisten): cura el asma, es afrodisíaco y permite que la juventud no se vaya tan rápido.


Don Jaime está bajando el gato con cachina o buen pisco. Recuerda entonces que la mano de Efigenia quedó agujereada porque los dueños de la hacienda, al ser afectados por la Reforma Agraria, abandonaron La Quebrada con el niño negro que la santa sostenía en lo alto. Sabino, el responsable de la festividad, afirma además que ocho clavos incrustados a lo largo de su cuerpo explican el sacrificio de Efigenia, hija de reyes, quien al no permitir ser desposada por su tío, fue condenada a la hoguera. Sin embargo, según la leyenda, las lenguas de fuego solamente la volvieron más negra y el pretendiente cegado por el racismo ya no quiso casarse con ella.


Cuatro mujeres de San Luis, el poblado cañetano en el que nos ubicamos, han vuelto a la tierra natal para disfrutar de los preparados gatunos: "En Lima se come, pero aquí debe ser más rico porque es todo un festival. Me encanta con maní y es cierto, el gato te da la vida, pues él tiene siete", refieren emocionadas y observan con alegría la imagen de Santa Efigenia, cuya historia no la saben y recién ahora han conocido su rostro.

Fiesta: En honor a Santa Efigenia
Lugar: Hacienda La Quebrada. San Luis. Cañete. Lima
Fecha: 21 de setiembre