jueves, 26 de febrero de 2009

RITMOS NEGROS DEL PERÚ: Rastros del ritmo afroperuano

Rastros del ritmo afroperuano

Heidi Carolyn Feldman acaba de publicar la versión en español de su libro Black Rhythms of Peru (Ritmos Negros del Perú), en El Carmen (Chincha) y en San Luis de Cañete. Feldman visitó el sur chico junto a Susana Baca, a quien considera ícono cosmopolita del Pacífico negro peruano. En el libro Feldman explica cómo muchos elementos tradicionales son parte de una historia inventada, por ejemplo manifiesta que la idea de que Chincha sea considerada el epicentro de la cultura afroperuana es una leyenda inventada en los 70’s y 80’s. Veamos este artículo publicado en EL COMERCIO.

Años atrás la etnomusicóloga estadounidense Heidi Feldman quedó encantada con un concierto de Susana Baca y decidió estudiar esa música que no conocía. El resultado es el libro “Ritmos negros del Perú”, un estudio imprescindible

Por: David Hidalgo Vega

El árbol genealógico de la cultura afroperuana tiene las ramas demasiado cruzadas. Heidi Feldman, una académica estadounidense dedicada a la etnomusicología, ha querido desenredarlas con el gozo de quien entra a terreno virgen. La inquietud le nació en 1998, tras un concierto de Susana Baca en Los Ángeles que pintaba como una noche de world music y terminó por convertirse en la puerta hacia otro mundo. No tardó en saber que la experiencia de la diáspora africana en esta parte del continente ha sufrido un relativo desdén, en comparación con otros emporios negros de América. Lo que encontró fue una vigorosa historia de creación y búsqueda. Una epopeya entre ramas y espinas.

Feldman hizo un viaje de inmersión: la base de su estudio estuvo en cuarenta y siete entrevistas con personajes representativos de la música afroperuana, varios de ellos ya desaparecidos. Pero también visitó varias veces el Perú para recopilar información e inundar sus sentidos: visitó peñas criollas y asistió a conciertos, llevó clases de cajón peruano con un maestro como Juan Medrano Cotito y clases de baile tanto en el Centro Cultural de la Universidad Católica como en casa del recordado “Caitro” Soto. “Quien va a plantear una tesis sobre algo tiene que apreciarlo, en este caso no solo por el sonido, sino por el concepto, la cultura, la historia”, comenta. Su metodología académica le permitía ir procesando cada referencia en busca de un sentido.

Feldman ha seguido todas las pistas que iba encontrando para comprender la historia musical afroperuana. Parte de su investigación la llevó a consultar el archivo personal de Nicomedes Santa Cruz en Madrid y otro archivo que hasta ahora ningún investigador de este campo había visitado: la colección de manuscritos y libros raros de José Durand, el fundador de la legendaria compañía Pancho Fierro, considerada por muchos “el comienzo de toda la música negra peruana en el siglo XX”. Ese legado está bajo custodia de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, EE.UU. Feldman se sirve de esta reserva para explicar dos líneas centrales de su libro: la “nostalgia criolla” de Durand, surgida a mediados de los años cincuenta, frente a la “memoria ancestral” impulsada por Nicomedes y Victoria Santa Cruz, años después.

Es el registro de una ruptura. “Mientras que la representación del pasado de José Durand está imbuida de la nostalgia colonial del criollismo, los artistas negros que representarían esas mismas canciones y bailes para las audiencias públicas en la década de 1960 tenían agendas musicales y sociales muy diferentes”, señala la estudiosa en su libro. Feldman las asume como estrategias aplicadas a reconstruir una tradición perdida, el sentido histórico de una comunidad a menudo dividida por “la enemistad, los celos y las discrepancias sobre la autenticidad”. Por eso, señala, esta no es una historia definitiva, sino un conjunto de versiones en busca de una raíz.

Aquí viene otro de los pilares de la investigación, acaso el que entusiasma más a la etnomusicóloga estadounidense: su tesis de que el caso peruano se circunscribe en el contexto cultural de un Pacífico negro, en paralelo a la experiencia de Brasil y Cuba, los dos epicentros afroamericanos que, según el sociólogo Paul Gilroy, configuran el Atlántico negro, con una conciencia y fuerza particular. Según Feldman, este enfoque acerca de la cultura negra peruana “puede aumentar los estudios mundiales sobre la diáspora africana”. Por lo menos ha sentado una base potente.

Domingo 22 de febrero de 2009.

  • El Comercio. Perú. Contracorriente

1 comentario:

Unknown dijo...

IMPRESCINDIBLE PARA CADA PERUANO, SABER SOBRE NUESTRA VENA NEGRA ASENTADA EN EL PERÚ. ASÍ PODREMOS RECONOCERNOS COMO PARTE DE ESTE ENORME MESTIZAJE QUE CONFORMA NUESTRA SOCIEDAD.